miércoles, 30 de mayo de 2007

El alcalde y la arqueología

Unos importantes restos arqueológicos que nos hablan del origen de nuestra ciudad y la huerta milenaria van a quedar sepultados para siempre bajo el hormigón. Mientras tanto, el alcalde, Miguel Ángel Cámara, va a recoger una medalla de oro otorgada por la constructora encargada de ese destrozo y, arropado por una enorme bandera y el himno nacional, declara que no entiende cómo hay gente en contra del proyecto de urbanización.Hace poco leí un artículo sobre unos restos arqueológicos visigodos en Toledo: «Los visigodos le han ganado definitivamente la batalla al ladrillo en Toledo en pleno siglo XXI. La Vega Baja, en donde inicialmente se iban a construir 1300 viviendas, albergará el que puede ser el mayor parque arqueológico de Europa».Ojalá nuestros antepasados que comenzaron a cultivar estas tierras, hicieron acequias, obras hidráulicas y de alfarería puedan ganarle, como los visigodos de Toledo, la batalla a la sinrazón de la construcción devoradora. Quizá es sólo cuestión de amar la tierra que pisamos y al pisarla saber cómo hay que hacerlo, así de sencillo señor alcalde.

José Moreno García
Santiago El Mayor
Murcia

viernes, 18 de mayo de 2007

"El Personaje"

Lleva ya puesta varios días la escultura llamada «El Personaje» en la rotonda de Ronda Sur, junto al Media Markt.En muchas ciudades centenarias europeas uno de los principios que se respetan y valoran más es el respeto, admiración y orgullo que sienten los ciudadanos por los personajes históricos que han contribuído de algún modo al progreso de la ciudad.En muchos jardines y paseos podemos ver estatuas de estos personajes históricos. Pero donde más hay es en las rotondas. Ocurre en Londres y Edimburgo, por ejemplo. Los turistas que visitan esas ciudades preguntan por esas personas, se interesan por ellas y empatizan con la ciudad y con sus habitantes. Resulta que en Murcia, que ha tenido la suerte de tener personas que han hecho mucho por la ciudad (Alfonso X el Sabio, Jaime I el Conquistador, Salzillo, El Infante Juan Manuel etc.), nos encontramos con una escultura mastodóntica, fea y muy cara (creo que costó 200.000 euros) realizada por un artista que ni siquiera ha venido a Murcia a verla.¿Qué maravilla sería pasar por esa rotonda y poder saludar al gran rey Jaime I El conquistador, o al gran escultor Salzillo, o al Infante Juan Manuel, o a Saavedra Fajardo, que nos recordaran que Murcia vale mucho. Que Murcia tiene una historia rica y digna de ser valorada y apreciada por todos. Que algunos nos sentimos orgullosos de ser murcianos por ellos. Ellos sí que son Personajes y no esa cosa que hay puesta.¿Ojalá alguna vez nos pregunten a los ciudadanos qué queremos tener en nuestra ciudad¿o, cuesta dinero.

Pablo Tornel López

lunes, 14 de mayo de 2007


En colación al cacareado tranvía, se ha dicho mucho desde su inauguración, muchas críticas hacia el mismose han vertido y muchos defensores también han salido a la palestra, defendiéndolo. Sin embargo, dejando un poco de soslayo argumentos a favor o en contra sobre la conveniencia o no de utilizar o no prioritariamente este medio de transporte público sobre otros (algunas voces han surgido alabando las ventajas de los los autobuses sobre el tranvía) lo que es cierto, verdad, meridianamente claro e indubitable, esque este tranvía en concreto, por su concepción, por su trazado, por su ausencia de planificación dentro de un conjunto, y sobre todo, por que durante el plazo de dos años y medio ¿? va a ser gratuito, uno llega a la conclusión, y desde UDeRM esto lo sabemos y los apreciamos claramente, es un auténtico disparate y despilfarro de erario público (que al fin y al cabo, sale todo del mismo sitio, de nuestro bolsillo)
Porque... ¿por qué el resto de murcianos de pedanías u otros barrios y calles del municipio, tenemos que pagar esos 20 millones de euros (mas de 3000 millones de pesetas), esta obra que nunca usaremos, y que sólo lleva de la punta de una avenida a otra?¿Por qué además de pagar esta faraónica obra entre todos, tenemos que pagarle el uso y disfrute TOTALMENTE gratuito a las personas que viven en esta avenida durante DOS AÑOS Y MEDIO su billete?(por lo que los demás tenemos que pagar de nuestro bolsillo el mantenimiento de este "tranvía para la avenida Juan Carlos")¿No bastaba un mes de pruebas, dos meses...?
La verdad que Cámara y sus concejales, o son muy, muy ineptos (malo) o huele el asunto a podrido y para beneficiar a unos pocos (mucho peor). Una de dos. Nosotros haremos las cosas con cabeza cuando estemos en el ayuntamiento, y para el bien y el servicio de todos los ciudadanos. Cualquier disparate, experimiento u ocurrencia, tipo este tranvía, con su trayecto y condiciones actuales, en la casa de cada uno y con soda.


Javier LGM

Unión Democrática Región de Murcia

UDeRM

viernes, 11 de mayo de 2007

La fiesta de la hipocresía

Este año se cumplió el 156 aniversario desde que el 3 de marzo de 1851 desfilase por primera vez el Entierro de la Sardina y el Bando de la Huerta, quizás este último algún tiempo antes, a cargo de algunos huertanos que venían a la ciudad en carretas adornadas para celebrar el carnaval.En esta primera época en que ambos desfiles formaban uno solo, el Bando no era más que una burla de la ciudad de Murcia hacia los usos, costumbres y lenguaje de los huertanos. Andando el tiempo llegó una segunda etapa en donde, gracias a los escritores costumbristas de la época, cambió radicalmente el sentido del Bando, pasando de la mofa a la reivindicación de la vida y lengua huertanas.Pasaron los años y río abajo se fueron la barraca, el panocho, las costumbres y hasta el huertano mismo, pero nos quedó ha Huerta.

Ahora la que se nos va es la Huerta, y Murcia -que, como dijo Díaz Cassou, si es algo más que un villorrio se lo debe a su Huerta- no sólo no hace nada para salvarla, auque sea en una pequeña parte, sino que fomenta su desaparición con recalificaciones y planes parciales, que son su sentencia de muerte.Estamos, por tanto, en una tercera etapa, la de la hipocresía, en la que se ha convertido el Bando en el abanderado de un falso murcianismo, en donde se exaltan la historia, el lenguaje, las costumbres (que poquísimos murcianos conocen: verbigracia, la Reina de la Huerta, el señor Perráneo), mientras que continúa la destrucción del medio natural que engendró todo aquello.

No han de pasar muchos años para que, ante la indiferencia de nuestra clase política, sea entubada la última acequia, sea talada la última morera y sea urbanizada la última tahúlla.Entonces nos encontraremos en la etapa definitiva, en la que como en sus orígenes, el Bando y el Entierro se funden en uno, pero esta vez bajo un nuevo título, el Entierro de la Huerta.

Jesús Sáiz