lunes, 19 de marzo de 2007

Amor a la tierra
Rafael Caravaca Robles/MURCIA
Desde la distancia se toma perspectiva y mejor conocimiento de la realidad, se compara y se mide, se observan aspectos viciados, que en otros lugares han sabido superar. Cuando nos quejamos de que alguien de fuera se porta mal con nosotros y en algunos casos percibimos que hasta nos desprecian, no vemos que nosotros mismos hemos ido sembrando para que así suceda.Estamos detenidos todavía en el panocho, que no es una lengua, sino expresión de incapacidad de no haber aprendido correctamente el castellano por no haber estudiado el mismo en colegios, sino de oído y mal aprendido. Nuestra gran mayoría de jóvenes deambulan por las calles sin saber muy bien qué hacer, sólo disponen de aquello que el comercio voraz les ofrece, les toma como elemento muy apetecible de consumo. Ni siquiera nos fijamos en las sociedades más modernas y desarrolladas de nuestro país para imitarles; sólo esperamos, ilusos de nosotros, que venga alguien de fuera a solucionarnos los problemas. Nos faltan muchas cosas que no hemos sabido conseguir y otras que no hemos sabido realizar nosotros.A ninguna región se le debe tanto como a Murcia. Han explotado a nuestros mayores cuando tenían que emigrar y hacer riqueza para otras regiones a cambio de unas pobres migajas. Curiosamente estas mismas regiones nos niegan ahora sus sobras de agua y más curiosamente, algunos de ellos quizá son descendientes de murcianos.Murcia nos necesita a los murcianos; tengamos a los de fuera como invitados predilectos y seamos sus anfitriones más generosos, pero Murcia debe ser gobernada por nosotros a todos los niveles, siempre habrá alguna excepción honrosa que nuestra proverbial hospitalidad sabrá comprender.

No hay comentarios: